Desde el DADEP, en “Manada”, avanzamos por la senda correcta
Lola, la perrita; Fonso, el oso; Bety, la tingüa; y Juanito, el gato, componen la “Manada del Espacio Público” y con sus aprendizajes, recorren colegios y parques propiciando actividades y eventos para llevar a grandes y chicos estrategias de pedagogía y cultura ciudadana sobre la importancia del cuidado y buen uso de los espacios públicos.
Inspirados en ello, y sin planearlo, el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público, DADEP, creó una segunda manada, ¡y qué manada!, compuesta, esta vez por el grupo de Gestores de Integridad y, en general, de todos los colaboradores y colaboradoras. Como todo gran momento, durante esta administración, esta entidad atravesó todas las etapas, quizá, incluso, las más inesperadas.
Nadie imaginaría que en pleno Siglo XXI, época de tecnología, digitalización, inteligencia artificial y todos los anuncios de evolución que parecían sinónimo de libertad, enfrentaríamos a una pandemia, que nos obligó al encierro, a distanciarnos de seres queridos, que nos hizo llorar por la pérdida de seres amados y que nos llevó a extrañar cosas impensables como un paseo por un parque, un helado en una alameda; la ciclorruta transitada y todos esos espacios públicos que añoramos desde nuestros refugios.
Así, Senda de Integridad llegó en un momento en el que muchos compañeros y compañeras no nos conocíamos. Seguro habríamos escuchado sus nombres o voces a través de las reuniones virtuales que se convirtieron en el puente para llevar a cabo nuestra gestión desde casa. ¿Quién iba a imaginar que terminaríamos defendiendo, cuidando y gestionando todo lo relacionado con el espacio público desde casa? ¡Qué paradoja! Pero lo hicimos. Por eso hoy, no tenemos duda de que tanto la entidad como los espacios públicos de Bogotá son #UnLugarComoElHogar.
Y ¿saben cómo fue posible llevar a cabo una gestión de espacios públicos desde casa? Caminando por la senda correcta, poniendo en práctica los Valores de Integridad de la entidad: Honestidad, Respeto, Justicia, Compromiso y Diligencia.
Sin conocernos mucho, sin hablar mucho y con la desconfianza que nos producía el COVID-19 al estar demasiado cerca, el DADEP consolidó su propia “manada” para la Senda de Integridad. No hemos ganado nada, somos una entidad pequeña, pero en cada reto, lo hemos dado todo.
Para el DADEP, Senda ha sido la prueba del trabajo en equipo a pesar de las circunstancias. Nos designamos tareas y las cumplimos; nos delegamos actividades de acuerdo con nuestras habilidades. Por eso, nos sentimos ganadores, sentimos que estos años de Senda han sido como los espacios públicos de Bogotá, a veces retadores, a veces complejos, extremadamente ruidosos para unos; pero capaces siempre de transformar, de abrir campo a todas y todos. Esos mismos espacios públicos que un día pasaron de ser andenes a ser escenarios de gastronomía, oferta cultural y artística y que se ven tan bien, que dan muchas ganas de turistearlos.
Sentimos que durante estos años de Senda alcanzamos la cima. Internamente nos hicimos un equipo fuerte, solidario, empático y externamente logramos darles a los espacios públicos de la ciudad otra cara, otros usos, pero, sobre todo, gran valor emocional, urbanístico, de desarrollo y de aporte a la economía de muchos sectores. ¿Falta mucho? Sin duda, la Senda no termina, tendrá más baches, más montañas y más cimas por escalar, pero este equipo hizo lo mejor que pudo y mucho más, de eso damos fe y evidencias de lo que logramos es los espacios públicos de Bogotá. ¡Gracias Senda, por marcarnos el camino y ser inspiración!
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